En la antigüedad, los pueblos Prehispánicos contaban con un "Consejo de Ancianos", quienes ejercían como asesores de los emperadores e incluso podía participar en la designación del nuevo tlatoani. Otras culturas como la China, la Judía, la Griega y la Romana concedían gran autoridad a los ancianos y sus consejos eran acatados.
Esto cambia en Europa en los siglos XI al XV cuando los jóvenes comienzan a gobernar. En el siglo XVI con el Renacimiento se vuelve a valorar al anciano pero vuelve a cambiar durante la Revolución Industrial que se vuelve a dar más valor a la fuerza y la juventud continuando en la actualidad. Sin embargo muchos "abuelos" ejercen de puente en la conciliación familiar y laboral de sus hijos, cuidando de sus nietos mientras ellos van a trabajar. Otras veces por la ausencia de esa conciliación o por problemas de salud deben ser cuidados por personas ajenas a la familia o en residencias.
A todos ellos y a los que no lo son de hecho, por distintos motivos, pero lo son de corazón: SALUD Y FUERZA para superar la crisis y las dificultades tanto el 26 de Julio como el resto del año.
¡OS QUEREMOS ABUELOS!
Solo tuve la suerte de conocer a una abuela: Mi "buela" Carmen.
ResponderEliminarElla era toda dulzura y bondad; siempre dispuesta a enseñarnos, a contarnos historias y a hacernos reír. La recuerdo con su pañuelo negro, tapando su larguísimo pelo blanco recogido en un increíble moño. Tenía mi abuela unas manos fuertes, con muchos callos (fruto de duras jornadas de trabajo), que cuando te abrazaban te hacían sentir la niña más segura y feliz del mundo… Nunca se enfadaba y tenía la sonrisa más especial que yo recuerdo.
Fue mi abuela la que nos transmitió el gusto por la lectura. Ella nos decía: “Si quieres saber, tienes que leer”
¡Gracias “buela”!
Gracias por compartir ese maravilloso recuerdo y sobre todo el sabio consejo:"Si quieres saber, tienes que leer".Lo apunto como lema de la Bilioteca.
EliminarUn abrazo grande y ¡Disfruta las vacaciones!.